ONU MUJERES

Rebeca Ramos Rella


Las mujeres no necesitaríamos celebrar un día especial por serlo, si discriminación desigualdad y violencia no existieran; si el pensamiento del colectivo social no nos ubicara como “sector” o no distorsionara reunión de mujeres por aquelarre o complot; si nuestros derechos humanos fundamentales fueran reconocidos, respetados y resguardados en efectivo ejercicio. Dicta la historia que fueron las rusas de San Petersburgo, en 1917, quienes se manifestaron, reclamando al partido comunista, pan y regreso de combatientes y a quienes el 8 de marzo de ese año, se les otorgó derecho al voto. De ahí, la emblemática jornada, que en México empezó a honrarse en 1935, por mujeres del PNR y del PC. Fue el 1975 declarado Año Internacional de la Mujer por la ONU e instaurado oficialmente el 8 de marzo, día para refrendar lucha femenina hacia la Igualdad –jurídica y sustantiva- de las mujeres del mundo, que organizadas, festejan uniendo voces y propuestas, demandas y aportaciones para mejorar nuestra calidad de vida.

A nadie debe extrañar ni paniquear, menos confundir la capacidad de participación  y propuesta de las mujeres en el avance necesario. Hay referentes de cuantiosas convocatorias durante el siglo XX, de Francia a Alemania, Copenhague, Inglaterra e Italia pasando por Cuba, Chile, Argentina y México; desde EU como la campaña de firmas de Coalition for the Women’s Peace Petition requiriendo a gobiernos destinar 5% de gastos militares a programas de educación, salud, empleo y destaca en éste, la Marcha Mundial de Mujeres que las congregó de 90 países, allá, para exigir erradicar pobreza y violencia en el orbe, donde hoy, hay 3.4 mil millones de mujeres. Según el Informe Global de Brecha de Género 2010 del Foro Económico Mundial, que evalúa participación laboral, educación, salud, esperanza de vida, poder político de mujeres en 132 países, viven en condiciones menos desiguales en Islandia, Noruega, Finlandia, Suecia, Nueva Zelanda, Irlanda, Dinamarca; sobreviven discriminadas, sin derechos, ni al trabajo, en Yemen, Chad, Pakistán, Mali, Arabia Saudita, Marruecos, Turquía, Egipto. Nosotros estamos en bajo lugar 91, donde acorde a Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del INEGI, el 9% de trabajadoras no recibía ningún salario en 2010; 1 de 4 tiene empleo informal y más de 11 millones ganan tres o menos, salarios mínimos, pero vamos arriba en nivel académico medio superior o superior, con 24.8% frente a 21.5% de hombres. Somos la tercera parte de población ocupada -16 millones- pero ganamos 37% menos que ellos por el mismo puesto o actividad.

La lucha por igualdad y derechos humanos ha continuado acentuada. El pasado 2 de julio, la Asamblea General de la ONU aprobó unánimemente la creación de ONU Mujeres, novedosa entidad que fusiona cuatro agencias de género existentes en el Sistema: Oficina de la Asesora del Secretario General para Cuestiones de Género; División para el Avance de la Mujer; Instituto para investigación en capacitación en cuestiones de género; Fondo para la Mujer.

ONU Mujeres cuenta con presupuesto operativo anual de 500 mdd y funcionará apoyando a órganos intergubernamentales en formación de políticas y ayudar a Estados miembros a implementarlas con apoyo técnico y financiero; formando alianzas con sociedad civil y resguardando compromisos de género. Sus metas: eliminar discriminación de mujeres y niñas; empoderarlas;  lograr igualdad entre hombres y mujeres como beneficiarios del desarrollo, derechos humanos, acciones humanitarias, paz y seguridad.  Se enfocará en apuntalar leyes firmes, respaldadas con implementación y servicios de protección y prevención de la violencia; en conflictos armados, velar que mujeres sean protegidas de amenazas específicas y lograr que participen en conversaciones de paz y en reconstrucción posconflicto; en respaldarlas a adquirir nuevas destrezas para potencializar su liderazgo social, político y empresarial; ante rezago en acceso a la tierra, crédito y empleo, impulsar  políticas macroeconómicas y formulación de políticas vinculadas a la igualdad de género, que abran más oportunidades económicas; promover planificación -servicios y políticas públicas- dirigidas a necesidades y prioridades específicas de mujeres y asentar con acciones que la igualdad de género sea objetivo claramente establecido en planes y programas de gobierno, con fondos suficientes; invitar a gobiernos a adoptar y cumplir obligadamente leyes y políticas que determina la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, en respeto y ejercicio de sus derechos humanos; lograr los Objetivos del Milenio en materia de igualdad, prevenir el VIH y preservar medio ambiente de cara al cambio climático que las afecta.

La elegida para encabezarla es Michelle Bachelet ex presidenta de Chile al frente de la Junta Ejecutiva, órgano que se coordina con otras agencias en cuestiones de género; está conformada por 41 países y en este periodo son: 10 de África: Angola, Cabo Verde, Congo, Costa de Marfil, Etiopía, Lesoto, Libia, Nigeria, República Democrática del Congo y Tanzania; 10 de Asia: Bangladesh, China, India, Indonesia, Japón, Kazajstán, Malasia, Pakistán, República de Corea y Timor-este; 4 de Europa oriental: Estonia, Rusia, Hungría y Ucrania;  6 de América Latina y el Caribe: Argentina, Brasil, El Salvador, Granada, Perú y República Dominicana; 5 de Europa occidental: Dinamarca, Francia, Italia, Luxemburgo y Suecia y por 6 de países contribuyentes: Arabia Saudita, España, Estados Unidos, México, Noruega y Reino Unido.

ONU Mujeres destaca que la igualdad de género es derecho humano fundamental de enormes repercusiones socioeconómicas; que su empoderamiento estimula economías prósperas, productividad y crecimiento. En México, el PNUD alerta que la peor expresión de discriminación contra mujeres es la violencia y su peor manifestación es el feminicidio, que aún falta tipificar, así como toda forma de violación de derechos humanos a mujeres, como grave. Ambos proponen urgentes acciones institucionales para mejorar ejercicio democrático e incluyente en procesos electorales, más participación política y representación de mujeres en parlamentos al 30% para 2015.


Todavía tenemos mucho que avanzar, pero ya tenemos trecho conquistado. Debe inspirarnos a continuar, valor, determinación y convicción de las mujeres de Túnez, Egipto, Libia, Bahréin, Yemen, Jordania que están protagonizando revoluciones, en casos, exponiendo sus vidas o rompiendo tradiciones y fundamentalista observancia religiosa. Su lucha ejemplar nos exige a trabajar mucho más, unidas y convencidas, propositivas e incluyentes. Sólo así podremos transformar buenas intenciones, metas y objetivos, en acciones y realidades, en Igualdad.



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