VOLADORES: PATRIMONIO DEL MUNDO

Por Rebeca Ramos Rella


Establece la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO, que el patrimonio cultural de una nación, es el conjunto de monumentos y colecciones de objetos –patrimonio material- y también lo son, tradiciones, expresiones vivas, heredadas por antepasados y transmitidas de generación en generación, como expresiones orales, artes del espectáculo, usos sociales, rituales, actos festivos, prácticas y conocimientos relativos a la naturaleza, al universo y a técnicas vinculados a la artesanía tradicional, llamados patrimonio cultural inmaterial o intangible, que contienen un alto valor social y económico, al promover diálogo entre culturas y respeto por diversidad de modos de vida.

El Patrimonio Cultural Intangible tiene como características, ser tradicional, contemporáneo y viviente en un mismo tiempo; ser integrador colectivo, al compartir expresiones de grupos distintos, legadas a generaciones y que en su evolución aporten al sentimiento de identidad, responsabilidad y continuidad, entre individuos; ser representativo de técnicas, conocimientos, costumbres y tradiciones de la comunidad que las origina, las crea, mantiene y transmite en el presente, desde el pasado hacia el futuro.

El Comité Intergubernamental de la UNESCO examina en tres ocasiones las solicitudes, programas y proyectos de Estados miembros para inscribirlos en Listas de posibles nominados como Patrimonio Cultural Intangible. El proceso es arduo, largo y pleno de revisiones, ya que hay que demostrar que la expresión cultural propuesta alienta diálogo, diversidad cultural a nivel global y testifica la creatividad humana; que es legítima en amplio consenso colectivo y que es considerada patrimonio cultural a nivel nacional. Además cada Estado debe comprobar: que ejerce medidas de salvaguarda de esa expresión cultural; que involucra a comunidades, grupos, organizaciones, expertos, institutos de investigación en la identificación y definición de su patrimonio cultural intangible; que ha levantado inventarios; que trabaja en elaboración e implementación de programas, proyectos y actividades y en preparación de archivos de nominaciones, para inscribirlos en las Listas, que significan no sólo la certificación como patrimonio intangible, sino también la urgencia de apoyo de la UNESCO para salvaguardarlo. Así, hay un Cuerpo Consultivo, integrado por 6 consultores acreditados por ONG´S y 6 expertos independientes que se encargan de evaluar nominaciones a las competidas Listas, las propuestas para el Registro de Prácticas Mejor Salvaguardadas y las peticiones de asistencia financiera internacional arriba de 25 mil dólares. Hacen sus recomendaciones y las someten a decisión del Comité, que sesiona cada año y que emite su fallo. Éste se presenta a la Asamblea General para su aprobación.

Aperçu
En 2008, el Centro de las Artes Indígenas de Cumbre Tajín, apoyado por los tres órdenes de gobierno, iniciaron gestiones ante la UNESCO, para lograr el registro y posterior reconocimiento a la Ceremonia Ritual de los Voladores –nahuas y totonacas de la Sierra norte de Puebla y del Totonacapan en Veracruz y los danzantes de la región Quiché de Guatemala- como Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad. Fue el inicio de un esfuerzo exhaustivo pero exitoso. En septiembre de 2009, en la cuarta sesión ordinaria del Comité Intergubernamental para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial, realizada en Abu Dabhi, se confirmó el nombramiento y hasta el pasado 11 de marzo, la UNESCO entregó al Gobernador de Veracruz, el Reconocimiento que certifica esta tradición.


Se valoró que la Ceremonia Ritual de Voladores “es ícono sólidamente identificado entre los totonacas que han asumido la paternidad del elemento, protegiéndolo de riesgos en el pasado -conquista, colonización, inquisición- y en el presente -migración, comercialización excesiva, pobreza de los campesinos danzantes, modelos educativos homogeneizantes, aculturación de nuevas generaciones, deforestación-“. La UNESCO destaca la determinación del Consejo de los Ancianos del Totonacapan, por preservar la identidad al apoyar la
creación de Asociaciones de Voladores y Escuelas de Niños Voladores, como acciones de salvaguarda.


Reafirma que esta obra de arte, refuerza “la identidad grupal y la conciencia de continuidad de las etnias practicantes; expresa una visión del mundo presente y pasado y expresa la necesidad de mantener relaciones de armonía y respeto con la Naturaleza”. Remarca la vigencia de la Ceremonia Ritual, al mantenerse viva en fiestas, carnavales, solsticios, equinoccios, ciclos de siembra y cosecha. Aquilata la expresión esencial de valores y principios de la cosmogonía indígena: comunicación con deidades, relación armónica con el universo y la naturaleza; rescate de tradición, purificación, perdón, participación comunitaria y expresiones orales. Así, la máxima virtud de la Ceremonia Ritual de los Voladores descansa en el hecho de que, pese a riesgos de transculturación que engendra la globalización, la mera comercialización o recreación sin conocimiento profundo de su significado y la posible deformación, conserva y promueve su mística original como auténtico símbolo de la tradición indígena y de toda la riqueza y sabiduría que acerva, genuina y palpitante, al paso de los siglos.


Los veracruzanos debemos sentirnos jubilosos, orgullosos y comprometidos con esta gran distinción mundial y empezar honrando lo nuestro, desterrando discriminación, agravios y violaciones de derechos humanos de los indígenas; trabajar con verdadero amor a nuestras raíces para que se fortalezca el magno significado de este Ritual; para hacerlo visible, comprendido y apreciado justamente; para proteger y cuidar la lengua, artesanía, técnicas y materiales que lo conforman; para fomentar orgullo e identidad entre nuevas generaciones; para respetar, dialogar, proteger la integridad física y seguridad social en apoyo de grupos étnicos practicantes y sus familias; para combatir pobreza y preservar recursos naturales que requieren, con programas sustentables y de desarrollo social y regional; para promover investigación y divulgación; para resolver sus demandas sociales y económicas más apremiantes.


La sociedad internacional dio su voto de reconocimiento a la Ceremonia Ritual de los Voladores, que son nuestros y ahora, de toda la humanidad. Los veracruzanos tenemos responsabilidad de mantenerla viva y auténtica, como emblema de nuestra abundancia cultural e histórica, que nos identifica únicos y generosos entre los pueblos del mundo.