ENTRE EL ODIO Y LA ESPERANZA

Por Rebeca Ramos Rella

La fortaleza de movimientos populares espontáneos; sociedades civiles levantadas contra sus gobiernos –ecos en España y Francia-; la caída de tiranos en Túnez y Egipto y la decapitación de Al Qaeda; la guerra multinacional contra Muamar Gaddafi en Libia; miles de manifestantes masacrados por los gobiernos dictatoriales y represores de Bahréin, Siria y Yemen; la lluvia de críticas a EUA por postura ambigua, tardía, contradictoria y diferenciada -garrote para unos y elusión para otros-; la preocupación de Israel, rodeado por revueltas ; el renovado liderazgo –el temor respetuoso- y popularidad que le ganó a Obama el asesinato de Bin Laden y la anticipación de tiempos hacia la reelección, han obligado a la Casa Blanca a replantear  la política exterior estadunidense en Medio Oriente y el Norte de África, región que representa interés geoestratético económico y militar para la seguridad nacional de Estados Unidos.

Obama en reciente discurso por fin calló a sus detractores y malquerientes: delineó –con “sentido de humildad” para que le creyeran buena intención- una novedosa postura hacia la región, sustentada en derechos universales: libertad de expresión; de manifestación, de elección de gobernantes y de religión; igualdad entre hombres y mujeres –reconocer el potencial femenino, promover su empoderamiento y plenos derechos-. Lanzó sugerencia a sus aliados: en Yemen, dejar el mando y celebrar elecciones y en Bahréin, dialogar con oponentes. Disparó advertencias a Al Assad en Siria: o abandera la transición política o se quita de en medio; le indicó parar matanzas y arrestos, liberar presos políticos, respetar derechos humanos e iniciar diálogo; a Irán lo acusó de hipócrita por respaldar protestas fuera y reprimirlas dentro; para Libia, dio reconocimiento al Consejo Interino opositor a Gaddafi. A todos les dejó claro que EUA estará atento de los procesos. Si hay reformas, habrá apoyo político y también financiero. Para Egipto y Túnez, fondos multimillonarios del FMI, Banco Mundial y del Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo, para su estabilización y modernización. Hasta prometió una Iniciativa de asociación comercial y de inversiones con la región, en ruta de un Acuerdo entre EUA, Europa y los países árabes que adopten el libre mercado, se alejen de privilegios por sectas o clanes y corrupción y fomenten transparencia y rendición de cuentas.

El estadista pinta la oportunidad para reconfigurar el mapa político de Medio Oriente y el Norte de África y balancear la correlación de fuerzas en una región históricamente conflictiva, desigual y dividida. Les propuso lograr que las transformaciones democráticas asienten próspera relación económica con Occidente. Obama ofreció un futuro a estos pueblos sometidos y saqueados por décadas a cambio de volverlos aliados de EUA y serlo o parecerlo, de Israel.

Brillante orador, gustoso de iniciar con la retrospectiva de los temas, apeló al contexto humanista, removió emociones y sorprendió al Primer Ministro Netanyahu, que enfureció en pleno vuelo a Washington. Encarrerado Obama plantó sus cartas de negociación para que el eterno enfrentamiento con Palestina, por fin se resuelva. Condicionó la paz a que ambas partes aflojen posiciones en justa paridad. Le pidió a Israel devolver los territorios ocupados desde 1967 durante la Guerra de los Seis Días –el este de Jerusalén, Cisjordania y la franja de Gaza-; suspender la construcción de asentamientos y repatriar a palestinos refugiados. A Palestina, le concedió derecho a ser un Estado soberano, con fronteras propias, con libre autodeterminación y no militarizado y convencer al movimiento islamista Hamas de reconocer  y respetar a Israel. Pero Don Benjamín y Obama malhumorados, no acordaron nada. Habrá juego de vencidas.

No obstante, la historia se escribe diario. Allá nace un nuevo orden regional que están decidiendo las naciones de esos países, sin “ayuda” de nadie y cuyo éxito sólo será posible si Israel y Palestina firman la paz y aprenden a coexistir. Como magnífico general, el Presidente Obama está tomando el mando de las protestas con su mensaje de libertades, acompañadas de dispensa de deudas y alacena de recursos y nuevas fronteras seguras. Buena bolsa para negociaciones.

Está en campaña y quiere quedarse 4 años más. Quiere que el mundo sepa que igual ordena atacar, que pactar; matar, que salvar; quiere que sepamos que está la voluntad, entre el odio y la esperanza; está el apoyo, el reconocimiento, la alianza, la aportación, el pago y la protección. Está Estados Unidos.