TURISMO: LA FÓRMULA INTELIGENTE

Por Rebeca Ramos Rella

Trabajar en el sector turismo a nivel gobierno, no es andar de turista, ni mucho menos de paseo, como mucha gente piensa. Pensar que la promoción turística no implica una inversión o que la prestación de servicios turísticos es barata, es un error de percepción o, en su caso, una caída libre al simplismo descalificador. Tampoco es un área que deba ser sólo para mujeres. Es patético concebirla como una responsabilidad “light” un espacio “fácil” de desempeño que no requiera especialidad y profesionalismo –eso lo señalan machistas y misóginos exaltando además ignorancia-. Mentiras, mitos y prejuicios que debemos desterrar de nuestros cerebros con respecto al turismo como actividad económica estratégica. Objetivos y justos, veamos al turismo como un motor funcionando que requiere de sinnúmero de piezas, herramientas, aditamentos, efectiva ingeniería para avanzar.

El turismo implica labor aguda para compaginar un universo de detalles, voluntades y políticas públicas, que demandaefectiva coordinación, organización,proyección; requiere de planeación estratégica, conocimiento amplio del sector; diseño deinteligente promoción y habilidosa gestión de recursos, planes, programas, creatividad y modernidad en proyectos; exige sensibilidad política fina, accesible y comprometida para incentivar debate y propuestas, consensos, acuerdos, decisiones entre diversos actores, dependencias y sectores, para ser capaz de generar empleos, inversiones, llegada de divisas; para que fortalezca el mercado interno al alentar abasto, productividad, capacitación, proliferación de mipymes, créditos, financiamiento, negocios, cultura empresarial, competitividad; para que dinamice desarrollo regional, creación y rehabilitación de infraestructura y servicios básicos de calidad, conectividad, al alentar desarrollo de la industria del transporte, construcción; para que refuerce relaciones internacionales, vínculos diplomáticos, cooperación multilateral, intercambios culturales, educativos, comerciales, industriales, empresariales, tecnológicos; que promueva sustentabilidad, seguridad, convivencia social, tolerancia, respeto, no discriminación; para que motive fraternidad y solidaridad humana y elevación en calidad de vida. Además, el turismo engarzado con la cultura, el arte, la cinematografía, el desarrollo comercial, el desarrollo social, la ecología, la educación, complementa el círculo virtuoso y propulsor de crecimiento económico.

Este 2011,por decreto presidencial, es el año nacional del turismo y es entonces, el año de México porque somos de los 10 países del orbe con mayor actividad turística y el primero de América Latina, más visitado. El turismo es la tercera fuente de divisas; aporta el 9% del PIB y genera 7.5 millones de empleos directos e indirectos. Por esas razones, en un esfuerzo de consenso, los tres órdenes de gobierno, la Sectur federal, gobernadores, legisladores, empresarios del sector, académicos y representantes de la sociedad civil, signaron elAcuerdo Nacional por el Turismo que enmarca potencializarlo mediante100 acciones en diez ejes estratégicos: 1. Incrementar la conectividad y facilitar el tránsito, para elevar número de asientos por cielo, mar y tierra dentro del país y hacia México y agilizar llegada, tránsito y salida de turistas; 2. Construir, mantener y mejorar infraestructura turística y fomentar ordenamiento urbano, que mejore las condiciones de destinos turísticos y favorezca su competitividad en beneficio de visitantes y de comunidades vinculadas;3. Fortalecer la promoción turística en el país y en el extranjero, para mejorar significativamente la imagen de México como destino competitivo y para difundir su amplia y diversa oferta turística;4. Fomentar la inversión pública y privada y facilitar el financiamiento al sector turístico, con medidas que incentiven flujo de recursos para el desarrollo de destinos turísticos y estimulen crecimiento y participación de pequeñas y medianas empresas en el sector; 5. Elevar competitividad de destinos y empresas turísticas para garantizar la experiencia del turista, a través del desarrollo de programas de mejora continua, capacitación de personal, certificación de procesos de instalaciones turísticas que incidan favorablemente en la satisfacción de las expectativas del viajero; 6. Diversificar y enriquecer la oferta turística, con destinos, productos y servicios de mayor calidad, modernos y diferenciados a fin de incrementar la estadía y el gasto del turista en nuestro país; 7. Fomentar la integración de cadenas productivas nacionales, para incrementar por parte de las empresas del sector turístico, el consumo de productos y servicios de las diferentes regiones del país; 8. Ofrecer el mejor servicio y promover una cultura turística que desarrolle una conciencia nacional sobre la importancia del turismo y la conservación del patrimonio cultural y natural, a través de acciones educativas, de difusión, de capacitación y de formación de recursos humanos; 9. Impulsar cambios regulatorios a favor del sector turismo, para crear las condiciones que faciliten y fortalezcan el desarrollo del sector; 10. Promover el desarrollo equilibrado sustentable, para que los prestadores de servicios turísticos actúen con conciencia y criterios de conservación del medio ambiente, de ahorro de energía y de preservación de las riquezas naturales.

Las metas son: lograr liderazgo turístico para posicionar a México entre las 5 potencias más visitadas para 2018; generar más empleos; aumentar la derrama económica hasta los 40 mil mdd anuales;incrementar el flujo de turistas nacionales a 300 millones y de extranjeros, a 50 millones –el año pasado recibimos más de 22 millones y 6 millones desde cruceros-.  La tarea es elevar turismo hacia Las Rutas de México, Pueblos Mágicos, zonas arqueológicas, destinos de sol y playa y fortalecer otros segmentos como el turismo de naturaleza y el de aventura; el religioso; el de negocios y convenciones; el científico y de investigación. En México hay para todos y Veracruz es un exponente de esta magna riqueza de oferta y de atractivos turísticos.

En informe de avances, la Sectur federal y la Secretaría de Economía anunciaron la próxima llegada de 3 mil 500 mdd de inversión extranjera directa para el sector y la creación de 20 mil puestos de trabajo y el financiamiento para mipymes será de 2 mil mdp. Empresarios de España, Alemania y de Asia han comprometido más inversiones pese a la nota roja de inseguridad y violencia que circula contra México en el globo, la causa principal de la propuesta federal -que muchos estados de vocación turística apoyan- de mover el Tianguis Turístico, fuera de Acapulco, hoy suplido por Los Cabos como destino de los spring breakers. La decisión de transformarlo en itinerante “beneficiará a la mayor cantidad posible de destinos de México y permitirá sensibilizar a los compradores de todo el mundo sobre los múltiples y enriquecedores atractivos que componen el producto turístico mexicano”remarcó el secretario general de la Organización Mundial de Turismo.

En este contexto, nuestro estado y sus 745 kms de litoral, multiculturalidad, tradiciones, zonas arqueológicas, acervos naturales, reconocido liderazgo mundial en locaciones y espacios para la promoción turística mediante la industria cinematográfica, abarca atractivos para todos los segmentos de turismo nacional –somos segundo destino y primero de descanso- y para elevar el internacional -seremos pronto puerto permanente de cruceros- avanza a paso firme gestionando y promoviendo recursos, mecanismos, acuerdos; participando en espacios nacionales y foráneos para atraer y convencer de la calidad y calidez de la marca Veracruz, en una cadena de esfuerzos y coordinación que complemente resultados, donde el gobierno y la Sectur estatal -que ahora sí opera con profesionalismo, conocimiento y visión-, empresarios, medios y sociedad, todos asumamos responsabilidad de reforzar la cultura turística, para ser excelentes anfitriones y efectivos promotores de lo que somos y tenemos para ofrecer a turistas y visitantes. El turismo es la fórmula inteligente para detonar crecimiento y desarrollo; está en nuestras manos transformar nuestro patrimonio en producto turístico y a Veracruz en potencial destino turístico mundial.







MIGRANTES: DERECHOS HUMANOS DE IDA Y VUELTA

Por Rebeca Ramos Rella


En el mundo, 240 millones de personas emigran de sus países –40 millones son indocumentados-. La Organización Internacional para las Migraciones destaca el corredor entre México y Estados Unidos como el más importante del orbe, con un flujo de 9.3 millones de migrantes. México posee características particulares en el fenómeno migratorio global: somos país de origen, tránsito, destino y retorno. Pese a variaciones en cifras oficiales, Amnistía Internacional señala que 9 de cada 10 migrantes indocumentados que cruzan la frontera norte provienen de Centroamérica –Honduras, Guatemala y El Salvador-; la Segob afirma entrada de 150 mil indocumentados al año y organizaciones, la suben a 400 mil. Emigran por pobreza, desempleo, marginación, falta de acceso a educación, salud; por conflictos armados, persecución de pandillas, desastres naturales.

El Banco Mundial apunta razones: Guatemala tiene un índice de pobreza del 60% y tasa de desempleo de 5%; Honduras, del 70% y 11%, respectivamente y en El Salvador, 50% son pobres y desempleados 6%. Cada año entran por la frontera sur –Chiapas- y transitan por nuestro territorio, alrededor de 250 mil centroamericanos en ruta a Estados Unidos. Quienes logran salvar peligros y su vida y asentarse, constituyen una fuente de ingresos a sus países de origen: En 2008, los salvadoreños enviaron 3 mil 804 mdd en remesas; los guatemaltecos, 4 mil 450 mdd y los hondureños 2 mil 820 mdd. Conforme el flujo migratorio aumenta –y la paga a coyotes, de entre mil y 7 mil dólares- igual el negocio que significan secuestros, extorsión, explotación, reclutamiento, tortura, violación, trata, asesinatos por crimen organizado, en contubernio con policías municipales, estatales y federales, agentes migratorios, polleros y demás lacras.

Durante décadas México ha descuidado e ignorado la problemática de la frontera sur, concentrando atención en la norte. Hemos demandado protección, respeto y derechos humanos para los nuestros en Estados Unidos, pero hemos actuado impune e inhumanamente con los migrantes sureños. Doble discurso, doble moral. La cloaca de incompetencia oficial se destapó en agosto del 2010 cuando en San Fernando Tamaulipas fueron hallados 72 cadáveres de migrantes masacrados y siguió destilando pestilencia hasta diciembre con la denuncia de 50 ejecutados más en Chahuites Oaxaca. Tan sólo en 2010 se registraron más de 20 casos deleznables de detenciones, muerte y violaciones a derechos humanos y poca o nula intervención de autoridades para resguardar su integridad. En febrero de este año, en informe, la CNDH remarca que el secuestro viola dignidad personal y los derechos inherentes. Afecta a víctimas, a sus familias y comunidades. “Se trata de un delito que atenta directamente contra el derecho a la seguridad pública. Vulnera los derechos humanos de los migrantes a la libertad, a legalidad, seguridad jurídica, integridad; a seguridad personal e incluso, al derecho a la vida”.

Basándose en 214 casos documentados y testimonios de víctimas, informó que 11 mil 333 inmigrantes centroamericanos fueron secuestrados entre abril y septiembre de 2010. Padecieron extorsión, discriminación, explotación, abuso físico y sexual por criminales. Enlistó a los estados con mayor incidencia de secuestros y vejaciones: Veracruz, Tabasco, Tamaulipas, San Luis Potosí. En nuestro estado, las zonas de alto riesgo son: en vías del tren llamado La Bestia, en los puntos de Las Choapas, Agua Dulce, Medias Aguas, Jesús Carranza, Amalgres, Sayula de Alemán, Acayucan, Mundo
Nuevo, Coatzacoalcos, Cosamaloapan, Tierra Blanca, Córdoba, Loma Bonita, Orizaba y Río Blanco.

El Informe externó 28 propuestas para combatir estos ultrajes, destaco algunas: a Segob, coordinar acciones de comunicación interinstitucional e intersectorial, sobre puntos de mayor riesgo de secuestro de migrantes y se les informe de derechos de las víctimas y/o testigos del delito; al Instituto Nacional de Migración, capacitar a sus funcionarios en procedimiento especializado para detectar y atender migrantes víctimas de secuestro, a fin de evitar su revictimización; fortalecer presencia en zonas de riesgo e informar a migrantes sobre derecho a asistencia consular y a denuncia; a la PGR, capacitar a personal sobre integración de averiguaciones previas y coordinar, junto con la Secretaría de Seguridad Pública Federal y las procuradurías generales de justicia estatales, el establecimiento y operación de instalaciones especializadas en atención a migrantes víctimas y testigos de secuestro; a la SSP, crear mecanismos de prevención del delito e implementar operativos de seguridad en puntos peligrosos; a las SSP estatales, realizar programas de prevención y atención específica a la población migrante víctima del delito; capacitar a sus funcionarios en detección y atención a migrantes víctimas de secuestro, en no discriminación y derechos humanos; a las PGJ estatales, capacitar personal especializado en  integración de averiguaciones previas en materia de delitos cometidos en perjuicio de migrantes, así como brindar atención jurídica, médica y psicológica a víctima o testigo.

Planteamientos que levantaron ámpula en el INM,  pero que reverberaron más, ante llamados de la ONU y ¿preocupación? del gran violador de derechos humanos de migrantes, Estados Unidos; pulularon reclamos de países centroamericanos y voces ciudadanas: Hechos vergonzosos y consecuencias despreciables, que detonaron la aprobación de la Ley de Migración en la que, por vez primera fueron visibles los migrantes indocumentados del sur. El Senado votó unánimemente por la emisión de visas de visitante y de trabajo, que autorizan hasta por 180 días la estancia en territorio nacional; la Ley erradica el aseguramiento e introduce la presentación, que sólo ejercerá el INM dando tiempo para que el migrante regularice su estancia en el país; establece de 8 a 16 años de prisión para polleros, aumentando la pena hasta en 50% cuando el inculpado sea servidor público y cuando las víctimas sean niños o adolescentes. Así, “el Estado mexicano garantiza vigencia de los derechos que reclama para sus connacionales en el exterior, en la admisión, ingreso, permanencia, tránsito, deportación y retorno asistido de extranjeros”.

Y para afianzar la cuña, los legisladores también aprobaron la Ley de Refugio y la reforma constitucional en materia de derechos humanos, un enorme referente democrático.

Pero en este país, de voluntades y excelsas oratorias, las leyes viven dormidas en la inefectividad y violación continuas. Secuestros, abusos, muerte y demás vejaciones persisten como evidencias de impunidad, corrupción e infiltración de criminales en cuerpos policiacos y de procuración de justicia, de los tres órdenes de gobierno, que agravan la vulnerabilidad, en el caso de migrantes. Será la coordinación entre federación, estados y municipios, clave para desterrar agresiones, muertos y desaparecidos. En un esfuerzo adicional, la Cámara de Diputados creó la Comisión Especial sobre Migración que será “espacio de discusión y reflexión continuo, sistemático e informado sobre aspectos del fenómeno en ambas fronteras; propondrá medidas legislativas, opinará sobre iniciativas de ley para regularlo y para garantizar seguridad y respeto a derechos humanos de migrantes nacionales y extranjeros”. La interlocución con parlamentarios de EUA y países centroamericanos será determinante. Conocedora del tema, la encabeza la Dip. Beatriz Paredes, garantía de avances.

No obstante, el fenómeno migratorio, sus aristas y repercusiones, van de la mano con la guerra sangrienta intra-cárteles y con el gobierno federal. El secuestro, extorsión, trata son algunas de las 22 actividades ilícitas que desarrollan criminales organizados. La batalla tiene muchos frentes. En sondeo ciudadano el CIDE, reflejó que el 79% de mexicanos favorece imponer controles fronterizos; el 66% apoya la deportación; los inmigrantes peor evaluados son los centroamericanos.

Aplicar leyes, capacitar autoridades, transparentar operativos, sancionar corrupción y sensibilizar a la sociedad, son tareas que se deben reforzar. Los mexicanos exigimos respeto y derechos humanos; debemos garantizarlos de ida y vuelta.








EXCEPCIONALISMO

Por Rebeca Ramos Rella


Está de moda sentirse excepcional. Basta leer la prensa nacional e internacional, ver noticieros, para identificar a los políticos que se muestran ajenos al común denominador; que se presentan a la sociedad, al país, al mundo, como seres superdotados, extraordinarios, con virtudes distintas a la normalidad humana que exaltan para convencer al colectivo sobre sus acciones, dichos, posiciones, y contradicciones. Pareciera que estamos glorificados por una casta gobernante, divina y redentora que va a salvarnos del mal y que va a resolver nuestras vidas. Esa es la trampa en la que derrapan o sucumben, aquellos que erigiéndose líderes recurren al mesianismo para ejercer el poder y resguardar sus intereses de grupo, bajo el aura de la defensa de intereses nacionales.

Vivimos en una época de excepcionalismo humano, moral, político; hasta los desastres naturales son hoy excepcionales en su magnitud destructiva y terrorífica. Dicta el tumbaburros que el excepcionalismo es “la tesis implícita o explícita de que un grupo humano -país, sociedad, institución, colectivo, movimiento o periodo histórico- es de algún modo excepcional y queda fuera de leyes, principios, derechos, obligaciones considerados normales. Surge como un mecanismo para exagerar aparentes diferencias y obtener privilegios legales o conductuales específicos”. En diversos momentos históricos el Imperio Británico, URSS, el Imperio Japonés, la Alemania Nazi y Estados Unidos han sido exponentes de esta tesis, al ensalzar su concepción de sí mismos como país y de su rol protagónico en el orbe. Sin caer en retórica rancia antiimperialista cierto es que EUA fundamenta su política exterior, desde la segunda posguerra, en este concepto. Según Alexis de Tocqueville, se asienta en “el ardor religioso, el espíritu republicano y la íntima unión entre el genio religioso y el de la libertad”. Es una noción de su religión política –“God bless America…in God we trust”-, aunado al patriotismo reflexivo -amor instintivo a la patria- y a la herencia puritana inglesa.

Seymour Martin Lipset circunscribe la esencia del excepcionalismo en “el liberalismo populista; en la retórica de la demagogia litigante; en la ausencia de socialismo; en la debilidad del estado de bienestar; en  la proliferación de armas privadas; en la persistencia de la pena de muerte; en la coexistencia de minorías de inmigrantes y racismo y en cinco grandes principios del credo político -libertad, igualitarismo, individualismo, populismo y dejar ser- para infundir “el consenso mesiánico de su misión nacional, salvadora, proselitista” que logre aceptación sobre la supremacía de su liderazgo global. Así han justificado en cada guerra o conflicto allende sus fronteras, su intervención militar e invasiones, su ambición expansionista.

Al recibir el Premio Nobel de la Paz, el presidente Obama suavizó bajo condicionantes y justificó con pragmatismo, el excepcionalismo político de su país, dentro de una política exterior de corresponsabilidad y afianzadora del multilateralismo: “Habrá tiempos en que las naciones actuando unilateralmente o en consenso hallarán el uso de la fuerza no sólo necesario, sino moralmente justificado(… )enfrento al mundo como lo es y no puedo cruzarme de brazos ante amenazas contra estadounidenses(…)Estados Unidos ha ayudado a garantizar la seguridad mundial durante más de seis décadas con la sangre de nuestros ciudadanos y el poderío de nuestras armas ”.

En mensaje aclarador reciente aseveró: “Conscientes de costos y riesgos de la acción militar, somos reacios a usar la fuerza para resolver los desafíos mundiales, pero cuando nuestros intereses y valores están cercados tenemos responsabilidad de actuar; esto ha sucedido en Libia(…)sabíamos que si esperábamos un día más, pudo haber una masacre que hubiera reverberado en la región y manchado la conciencia del mundo y no estaba en nuestro interés nacional permitir que eso sucediera(…) declaré que la participación de EUA sería limitada (no envío de tropas terrestres y entrega de mando a la OTAN) pero apoyaremos la transición futura que el pueblo libio merece(…) teníamos una única capacidad para detener la violencia: el mandato internacional para actuar; una coalición externa preparada para unírsenos, el respaldo de países árabes y una súplica de ayuda del pueblo libio(…)América tiene un interés estratégico importante en prevenir más atropellos de Gaddafi contra opositores. Una masacre hubiera expulsado a miles de refugiados a Túnez y a Egipto, países con una frágil transición que hubiera tensionado sus procesos pacíficamente y la resolución del Consejo de Seguridad hubiera quedado en entredicho exponiendo su credibilidad como institución que cuida la paz y seguridad internacionales (…) estoy convencido que un acto fallido en Libia hubiera costado un precio más alto para America”.

Vale la reiteración de Obama sobre la concepción de propiedad que EUA ostenta no sólo sobre el continente americano –Doctrina Monroe-; sobre molestias a su país por cargas de refugiados huyendo de la guerra a países vecinos norafricanos, sino también su negativa a ver disminuido al Consejo de Seguridad, frente a futuras resoluciones. Habló como dueño de todo.

Remarcó “(…) sin duda, Libia y el mundo estarían mejor sin Gaddafi; yo mismo con otros líderes abrazamos ese objetivo y lo perseguiremos activamente. Pero trasladar tropas nuestras e instaurar el cambio de régimen, sería un error”. Pactaron que Muammar se va, pero no definen aún a dónde ni cómo.

Ante reclamos de algunos países por incongruencias  y señales cruzadas en este proceder, matizó con soft diplomacy: “Es verdad que EUA no puede usar a nuestros militares donde toda represión ocurre (Siria, Bahréin, Yemen, donde también hay matazones y persistentes violaciones de derechos humanos, igual en China) y dados los costos y riesgos de una intervención, siempre debemos medir nuestros intereses frente a la necesidad de entrar en acción”.  Vaya, por fin. Desnuda intenciones. No se trata de la medida de desgracia de seres humanos, sino de la medida de sus intereses y de presupuesto militar, lo que determina la acción redentora.

Y reviró críticas refrendando el excepcionalismo: “No soslayaremos la responsabilidad de EUA, como líder, ni con seres humanos bajo estas circunstancias, pues eso sería una traición a quienes somos. Algunas naciones pueden ser capaces de ignorar atrocidades en otros países. Los Estados Unidos de América somos diferentes”.